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UNA NUEVA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES




Un año más, desde Mujeres Abolicionistas de Rivas, venimos a denunciar la hipocresía social frente a la violencia machista, en todas sus formas. A día de hoy, el número de mujeres asesinadas por violencia machista en España es de 1.165 muertes desde el 1 de enero de 2003, 35 de ellas en 2022.

A día de hoy el número de mujeres asesinadas por violencia machista en España es de 1.165 muertes desde el 1 de enero de 2003, 35 de ellas en 2022.

Aunque existe la obligación legal de proteger a las mujeres por parte de los Estados pertenecientes a la ONU, desde la Declaración de Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres de 1993, vemos que los feminicidios continúan. Y no solo continúan, en un goteo incesante, sino que esta realidad se quiere ocultar a través del uso del lenguaje bajo el manto de la nueva diversidad.

Esta realidad se quiere ocultar a través del uso del lenguaje bajo el manto de la nueva diversidad.

Después de siglos de evolución, desde las instituciones nos quieren hacer creer que no saben qué es ser mujer. En esa tesitura, ¿a quién van a defender y de quién? ¿Acaso negar a través del lenguaje va a servir para que la situación de las mujeres mejore? ¿No estaremos contribuyendo a que, sin mejorar los derechos de nadie, la reacción contra la violencia machista pierda vigor?


Con el objeto de ayudar a nuestras confusas instituciones y sepan a quién deben defender, les decimos: MUJER ES LA HEMBRA HUMANA ADULTA. Y ¿qué es ser hombre? Eso parece que nadie se lo pregunta. Es una categoría protegida. ¡Qué suerte! Y es que solo a las mujeres se nos trata como un objeto, una potencial mercancía y se nos sigue violentando, por la única razón de haber nacido con sexo femenino.


¿O es que acaso la discriminación estructural en términos de desigualdad salarial no sabe a quién pagar menos o impedir que llegue a ciertas cotas de poder?. Si la categoría mujer desaparece ¿Cómo saben las empresas entonces a quiénes castigar económicamente por su capacidad de gestar? ¿Cómo saben los puteros a quién explotar sexualmente? ¿A qué sexo pertenecen la inmensa mayoría de personas prostituidas? ¿De qué manera se sabe a quién explotar reproductivamente a través de los vientres de alquiler, una de las violencias más terribles?


Hasta donde sabemos, cada vez que aparece en los periódicos una persona asesinada por su pareja, en el 99% de los casos es una mujer. ¿No es ridículo no reconocer que somos las mujeres las que recibimos la violencia más descarnada por parte de nuestros hermanos los hombres, ya sea consciente o inconscientemente?

Cada vez que aparece en los periódicos una persona asesinada por su pareja, en el 99% de los casos es una mujer. ¿No es ridículo no reconocer que somos las mujeres las que recibimos la violencia más descarnada por parte de nuestros hermanos los hombres, ya sea consciente o inconscientemente?

Denunciamos, pues, la manipulación que de las tragedias de las mujeres hacen los medios de comunicación y las instituciones, buscando paliar su dureza ocultando el término “mujer asesinada” o “mujer explotada” por el de “presunta víctima” sin hacer referencia a su sexo o a la causa de tan miserable destino. El ocultamiento deliberado de ambas cosas contribuye a que muchas mujeres se sientan desamparadas en una sociedad enferma que no reacciona de forma tajante contra este atentado continuo a sus ciudadanas y que, a día de hoy, nos insulta planteándose la falsa duda sobre lo que es ser una mujer.

Denunciamos la manipulación que de las tragedias de las mujeres hacen los medios de comunicación y las instituciones

Nos preocupa que la ciudadanía se haya podido acostumbrar a ese flujo continuo de situaciones de violencia cuya cúspide son los asesinatos machistas y que no exista una reacción mayoritaria y vehemente. ¿Dónde están las reacciones masivas de los hombres denunciando el patriarcado machista que subyace bajo esa violencia?


También nos preocupa que no existan acciones institucionales efectivas y contundentes, ya que esta situación de vulnerabilidad obliga a las mujeres a estar continuamente en guardia esperando el siguiente golpe, en cuerpo propio o en el de otra hermana. Y es que la mayor victoria para el poder es la naturalización de la violencia.

También nos preocupa que no existan acciones institucionales efectivas y contundentes, ya que esta situación de vulnerabilidad obliga a las mujeres a estar continuamente en guardia esperando el siguiente golpe

Este drama no se para con actos simbólicos sino tomando decisiones políticas respaldadas económicamente. Los presupuestos que, en origen están destinados a paliar la desigualdad y el maltrato que sufren las mujeres, están siendo desviados hacia la promoción de teorías delirantes y rancias sobre los deseos y las fantasías (imposibles) de cambio de sexo, en adultos y menores, de manera que la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres no solo se retrasa, de nuevo, sino que se termina por ocultar y, por tanto, perpetuar, con estas teorías acientíficas y sin sentido.


Prevenir y afrontar la violencia contra las mujeres, no es un acto caritativo ni de “generosidad” por parte de las instituciones públicas: se trata de una obligación jurídica y moral. Denunciamos la falta de una urgencia institucional para parar este continuo de dolor e injusticia.


Si después de todo, hay quien todavía no sabe quiénes son mujeres y quiénes no, entonces la sociedad tiene un grave problema de raciocinio y capacidad para el pensamiento crítico. Solo existe la realidad material y solo ella puede ser objeto de derecho y de protección.


Desde Mujeres Abolicionistas de Rivas, gritamos que a las mujeres nos matan, nos violan, nos atraviesa la pobreza de una forma abrupta, se nos impide el acceso al poder, se alquilan nuestros vientres, se hace la vista gorda a los puteros que violan pagando, entre otras muchas cosas sin que surja una acción institucional tajante que nos proteja y un clamor social que nos vindique.

A las mujeres nos matan, nos violan, nos atraviesa la pobreza de una forma abrupta, se nos impide el acceso al poder, se alquilan nuestros vientres, se hace la vista gorda a los puteros que violan pagando, entre otras muchas cosas sin que surja una acción institucional tajante que nos proteja y un clamor social que nos vindique.

Nosotras gritamos que borrar la realidad de las mujeres y niñas es una nueva forma de violencia machista


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